miércoles, 10 de julio de 2013

¿Cuál fue el problema?

-->


Contestando a vuestra pregunta de forma rápida: “no hicimos pruebas”.

Sabíamos perfectamente que una moto nueva, con algunas incorporaciones técnicas, soportes para equipaje y que transportaría un montón de peso, por tanto necesitaba muchos kms de pruebas, pero los que nos vieron en el taller de Marc los últimos 15 días entenderán que no las pudimos hacer. Acabar las motos, los asuntos personales, laborales, del propio viaje, etc. Nos hizo absolutamente imposible dedicar tiempo a las pruebas.

 No es extraño que a los 90 kms tuviéramos un gripaje, que fue debido a un error al dejar la aguja del carburador en la posición baja en lugar de la alta que debía ir. A partir de aquí tuvimos claro que debíamos dedicar los próximos 1000 kms, por lo menos, a pruebas y sin prisas. El segundo parón fue debido al chiclé de baja obturado y el tercero a la rotura de un cojinete de la rueda trasera provocado por unos separadores de medidas incorrectas que venían con la moto que compramos. El cuarto es el color blanquecino de la bujía que ha costado resolver.

Lo bueno de todo esto es que estamos haciendo un viaje y en lugar de pasar a saco por Francia e Italia, hemos ido piano piano lo que nos ha permitido conocer gente collonuda. En Girona el equipo de Pere Auradell y Juli Pujol que se dedicaron de lleno a dar soluciones, Felipe y Joaquim que nos acompañaron con sus Impalas desde Montmeló, Fabrice que nos invitó a su casa en un pueblecito de los Alpes y con unas copas de vino Edu cantó Eureka al acertar con el chiclé de baja, Katia y Toni de Farinazzo Guzzi que un viernes por la tarde nos atendieron y solucionaron el problema. Ni os cuento la que pasamos cuando tuvimos que parar en la intersección de la autopista con la Tangenciale de Milano en hora punta, con un calor de collons y empujando la moto hasta la barrera de peaje ¿Peligro en Mongolia? ¡Lo peligroso es quedarse tirado en una autopista italiana! Los que conozcan este lugar a esta hora entenderán lo que digo.

Dia 8

Uun día placentero en ruta turística por el lago Balatón y luego un rodeo hasta un pueblecito a 50 kms de Budapest para no entrar en la big city tarde y que nos peguen un palo en una m de hotel. Motel a 12 € persona, Gulash para cenar y buen rollo y al día siguiente temprano a Budapest.

Seguimos visitando talleres para solucionar el blanco nuclear de la bujía de la Bellaterra. Primero en el taller Vespa de Keshzely nos han dejado un escariador y galgas para agrandar chiclés (hasta 170). Y por la tarde Toth Maité de Motorosbolt en Székesfehérvár (amigo de Gabor Talmaksi) hemos revisado el encendido, que descartamos porque esta correcto. Seguiremos probando. Como pilotos que son han alucinado con Pedrosa y Márquez subidos en las Impalas y con el viaje.

Día 9

Empezamos a encontrarle gustillo a esto de parar en los talleres. Por la mañana, después de cruzar Budapest en plan turista y ya saliendo de la ciudad pasamos por delante de un taller con buena pinta y paramos a ver que opinan del famoso colorcito. No bueno, “esto es que le falta bencina o le sobra aire” eso puede ser pero no sabemos como. Entramos en el taller y ¡Alucinamos! Un pepino de moto dragster!!!! Nos empieza a comentar: motor de 1600 cc sobrealimentado a 17 atmósferas, más de 300 CV, de 0 a 100 km/h en 1,1 seg, de 0 a 400m en 7,5 seg., y ya vas a 290 km/h, de 0 a 50m en o,7seg el piloto sufre una aceleración de 3G ¡Pero quien es el tio este! Pues el recordman mundial de aceleración en moto. Un tal Szabolcs Borsay, Szabb para los amigos www.szabb.com . El puto amo de la zona en tema motos y cuando le explicamos el viaje empieza a llamar amigos, entre ellos el periodista de Moto Revieu Hungría y el tipo viene y nos hace un reportaje!!! Entrevista, fotos y hasta un video para la tele en english (que no nos cortamos y a chapurrear, que tampoco lo verán los de la BBC). Y pa redondear su madre nos invita a comer un guisado húngaro. Acabamos poniendo pasta en las juntas del carburador y seguimos, después de una mañana p.m.

El tema es que la moto funciona de narices, pero como sigue el blanquecino color pues hacemos 50 km y volvemos a parar en Aszod, un pueblecito donde encontramos gente encantadora que nos lleva a casa de un mecánico y empezamos a revisar, esta vez el retén del cigüeñal del lado encendido para comprobar que no entre aire por ahí. Dos tíos de una amabilidad exquisita que nos ayudan en todo, charlamos un rato, porque unos de ellos habla algo de italiano y al final nos buscan un hotelito que nos hace precio especial ¡Estamos encantados con los húngaros!

Día 10

Esto hay que resolverlo ya. Nos queda por revisar la compresión y ponemos una junta para levantar el cilindro. Pues si es la compresión!!! Mejora el colorcito pero todavía no es bueno. Intercambiamos culatas y efectivamente ya tenemos claro que es la culata que comprime demasiado. Hoy lo solucionamos y mañana seguimos. Es increíble que la Impala haya aguantado la paliza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario