martes, 16 de julio de 2013

Adiós a Ucrania

Los primeros días transcurrieron sin problemas, pero el tercero se reprodujo la entrada de aire en el reten del cigüeñal de la Bellaterra y decidimos parar en Kremenchuk para reparar a conciencia. Revisando las medidas vimos que quedaba muy justo y, probablemente, al calentarse el cojinete empujaba la tapeta del reten, por lo que la hemos rebajado 1 mm a base de papel de lija sobre el rutometro.

Finalmente tuvimos que pernoctar, y por la mañana al engrasar las cadenas notamos que crujia el cojinete de la rueda trasera de la Sant Feliu (¡estas calenturas!). Desmontamos y resulto ser el de la corona... del cual no teniamos recambio. Montamos de nuevo y fuimos al taller Hyundai de Kremenchuk, donde nos atendieron de maravilla y nos cedieron un box con sus herramientas. También nos indicaron donde comprar el cojinete. Una vez montado notamos que al apretar el eje de la rueda, ésta se frenaba. Entonces nos acompañaron a un pequeño taller de motos de un chaval muy simpático para hacer una arandela que actúase de grosor y así no quedara presionado éste "que dolor".




Realmente estamos disfrutando de estas paradas en las que se conoce a la población, y nos estamos encontrando con buena gente, algo que contribuye a hacer más agradable el viaje.

Y ya estamos en Rusia. A ver que nos depara este inmenso territorio...




El comienzo no puede ser mejor. En Voronez, Alexis nos ha conseguido pasta para junta con el fin de mitigarlos posibles poros de aire, no nos ha querido cobrar ni un rublo y encima nos ha invitado a té y pastas! Y todo a comenzado en la tienda Suzuki a la entrada de Voronez donde nos hemos encontrado a Marc, un autentico biker, que nos ha acompañado hasta el taller de su colega Alexei, nos ha buscado un hotel bueno, bonito y barato, relantadonos tambien su viaje hasta Vladisvostok en moto y que nos vallamo preparando para cientos de kilometros sin gasolina y una carretera que sufre una epidemia de crateres.



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