Contestando a vuestra pregunta de forma rápida: “no hicimos
pruebas”.
Sabíamos perfectamente que una moto nueva, con algunas
incorporaciones técnicas, soportes para equipaje y que transportaría un montón
de peso, por tanto necesitaba muchos kms de pruebas, pero los que nos vieron en
el taller de Marc los últimos 15 días entenderán que no las pudimos hacer.
Acabar las motos, los asuntos personales, laborales, del propio viaje, etc. Nos
hizo absolutamente imposible dedicar tiempo a las pruebas.
No es extraño que a
los 90 kms tuviéramos un gripaje, que fue debido a un error al dejar la aguja
del carburador en la posición baja en lugar de la alta que debía ir. A partir
de aquí tuvimos claro que debíamos dedicar los próximos 1000 kms, por lo menos,
a pruebas y sin prisas. El segundo parón fue debido al chiclé de baja obturado
y el tercero a la rotura de un cojinete de la rueda trasera provocado por unos
separadores de medidas incorrectas que venían con la moto que compramos. El
cuarto es el color blanquecino de la bujía que ha costado resolver.
Lo bueno de todo esto es que estamos haciendo un viaje y en
lugar de pasar a saco por Francia e Italia, hemos ido piano piano lo que nos ha
permitido conocer gente collonuda. En Girona el equipo de Pere Auradell y Juli
Pujol que se dedicaron de lleno a dar soluciones, Felipe y Joaquim que nos
acompañaron con sus Impalas desde Montmeló, Fabrice que nos invitó a su casa en
un pueblecito de los Alpes y con unas copas de vino Edu cantó Eureka al acertar
con el chiclé de baja, Katia y Toni de Farinazzo Guzzi que un viernes por la
tarde nos atendieron y solucionaron el problema. Ni os cuento la que pasamos
cuando tuvimos que parar en la intersección de la autopista con la Tangenciale
de Milano en hora punta, con un calor de collons y empujando la moto hasta la
barrera de peaje ¿Peligro en Mongolia? ¡Lo peligroso es quedarse tirado en una
autopista italiana! Los que conozcan este lugar a esta hora entenderán lo que
digo.
Dia 8
Uun día placentero en ruta turística por el lago Balatón y
luego un rodeo hasta un pueblecito a 50 kms de Budapest para no entrar en la
big city tarde y que nos peguen un palo en una m de hotel. Motel a 12 €
persona, Gulash para cenar y buen rollo y al día siguiente temprano a Budapest.
Seguimos visitando talleres para solucionar el blanco
nuclear de la bujía de la Bellaterra. Primero en el taller Vespa de Keshzely
nos han dejado un escariador y galgas para agrandar chiclés (hasta 170). Y por
la tarde Toth Maité de Motorosbolt en Székesfehérvár (amigo de Gabor Talmaksi) hemos
revisado el encendido, que descartamos porque esta correcto. Seguiremos
probando. Como pilotos que son han alucinado con Pedrosa y Márquez subidos en
las Impalas y con el viaje.
Día 9
Empezamos a encontrarle gustillo a esto de parar en los
talleres. Por la mañana, después de cruzar Budapest en plan turista y ya
saliendo de la ciudad pasamos por delante de un taller con buena pinta y
paramos a ver que opinan del famoso colorcito. No bueno, “esto es que le falta
bencina o le sobra aire” eso puede ser pero no sabemos como. Entramos en el taller
y ¡Alucinamos! Un pepino de moto dragster!!!! Nos empieza a comentar: motor de
1600 cc sobrealimentado a 17 atmósferas, más de 300 CV, de 0 a 100 km/h en 1,1
seg, de 0 a 400m en 7,5 seg., y ya vas a 290 km/h, de 0 a 50m en o,7seg el
piloto sufre una aceleración de 3G ¡Pero quien es el tio este! Pues el
recordman mundial de aceleración en moto. Un tal Szabolcs Borsay, Szabb para
los amigos www.szabb.com . El puto amo de la
zona en tema motos y cuando le explicamos el viaje empieza a llamar amigos, entre
ellos el periodista de Moto Revieu Hungría y el tipo viene y nos hace un
reportaje!!! Entrevista, fotos y hasta un video para la tele en english (que no
nos cortamos y a chapurrear, que tampoco lo verán los de la BBC). Y pa
redondear su madre nos invita a comer un guisado húngaro. Acabamos poniendo
pasta en las juntas del carburador y seguimos, después de una mañana p.m.
El tema es que la moto funciona de narices, pero como sigue
el blanquecino color pues hacemos 50 km y volvemos a parar en Aszod, un
pueblecito donde encontramos gente encantadora que nos lleva a casa de un
mecánico y empezamos a revisar, esta vez el retén del cigüeñal del lado
encendido para comprobar que no entre aire por ahí. Dos tíos de una amabilidad
exquisita que nos ayudan en todo, charlamos un rato, porque unos de ellos habla
algo de italiano y al final nos buscan un hotelito que nos hace precio especial
¡Estamos encantados con los húngaros!
Día 10
Esto hay que resolverlo ya. Nos queda por revisar la
compresión y ponemos una junta para levantar el cilindro. Pues si es la
compresión!!! Mejora el colorcito pero todavía no es bueno. Intercambiamos
culatas y efectivamente ya tenemos claro que es la culata que comprime
demasiado. Hoy lo solucionamos y mañana seguimos. Es increíble que la Impala
haya aguantado la paliza.
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